Muchas veces no somos conscientes de cuan importantes pueden llegar a ser las orejas para una persona, hasta que comprendemos que tener una "deformidad auricular", puede llegar a ser un motivo de malestar, vergüenza o incluso falta de propia aceptación.
Esta situación habitualmente se desarrolla durante la infancia y adolescencia y puede llegar a limitar la vida social normal de la persona.
He escuchado muchas veces en mis pacientes el comentario de "nunca uso el pelo recogido por temor a que me vean las orejas", y esta clase de situaciones son lamentables, sobretodo sabiendo que en la mayoría de los casos, las deformidades de las orejas son fácilmente solucionables con una cirugía cómoda, rápida y segura: la otoplastia.
Es claro que todo esto, se producirá en personas con una alto juicio estético de si mismas, donde la imagen corporal y sobretodo facial sea fundamental para sentirse seguras, cómodas y en definitiva felices. También es claro, el hecho de que este tipo de situaciones tiene un trasfondo cultural, ya que en muchas culturas (como en la asiática por ejemplo) el tener las orejas grandes o desplegadas no solo es deseable, si no también motivo de alegría (porque se asocian a la buena suerte!!!).
En la sociedad occidental, la deformidad más frecuente de las orejas se denomina OREJAS EN COPA u OREJAS EN SOPLILLO. Consiste en el “despegamiento “ de la oreja en sus tercios superior y medio y está originado por una alteración de la forma normal del cartílago auricular (el esqueleto de la oreja). Así la corrección de ésta deformidad debe centrarse en devolver la forma normal a esta estructura.
Hay dos componentes fundamentales en la forma de la oreja. Uno es el pliegue del antehélix que hace que la oreja se doble hacia atrás y se pegue al cráneo en su tercio superior; y la otra es la concha auricular. En realidad la concha aunque aparenta ser una hendidura o una depresión de las orejas cuando se ve de frente, es en realidad un puntal que empuja la oreja hacia delante.
Para entender esto, yo les digo a mis pacientes que pongan su dedo pulgar por detrás de la oreja y el índice en la concha (por delante). Nos daremos cuenta entonces que cuanto más empujemos nuestro pulgar, más se desplazará la oreja hacia fuera (más se despegará la oreja).
Para entender esto, yo les digo a mis pacientes que pongan su dedo pulgar por detrás de la oreja y el índice en la concha (por delante). Nos daremos cuenta entonces que cuanto más empujemos nuestro pulgar, más se desplazará la oreja hacia fuera (más se despegará la oreja).
Entendiendo esto, nos daremos cuenta que la única forma de solucionar una oreja en copa o en soplillo de forma segura y definitiva, será remodelando estas dos importantes estructuras anatómicas.
Existen distintas técnicas quirúrgicas que consiguen moldear el cartílago auricular y con ello devolver la forma deseada a las orejas. A grandes rasgos se pueden dividir en dos grupos. Uno que literalmente talla la forma deseada del cartílago, y el otro que consigue el mismo efecto a través de la colocación de diferentes puntos de sutura fijos y permanentes.
Personalmente me decanto más por el primer grupo de técnicas, pues considero que son más anatómicas y seguras, pero como siempre cada maestrillo tiene su librillo...
Lo que está claro, es que realizada correctamente, la otoplastia origina cambios espectaculares y permanentes.
Algo que hay que saber cuando uno se plantea operarse de las orejas es que, como siempre, habrá que seguir las pautas y recomendaciones que permitan minimizar los riesgos de la intervención; esto es, habrá que realizar un poco de reposo tras la cirugía, utilizar o un vendaje o una banda de protección para las orejas (para que no se doblen o se aplasten mientras dormimos o trabajamos), limpiar y cuidar la cicatriz de la intervención (colocada detrás de la oreja) y habitualmente tomar un analgésico y antibiótico apropiados, durante alrededor de una semana después de la cirugía.
Como siempre, habrá tras una cirugía correctamente realizada, mínimas diferencias entre una oreja y la otra, las cuales se consideran aceptables y normales. Esto se debe a que partimos del hecho de que no hay dos orejas iguales, (ni dos mitades iguales en cada persona) por lo que tras la cirugía, estas diferencias aunque esperables, pasarán desapercibidas.
Espero que esta información sea de utilidad para aquellas personas que se plantean corregir esta deformidad y les recomiendo que consulten a un especialista cualificado para valorar su situación real y opciones quirúrgicas.
Un saludo
Mañana por la mañana voy a asistir a una consulta para que me valoren una otoplastia. Tengo 19 años y llevo toda mi vida con complejo pero no me decidi antes por miedo.He leido su escrito y ahora si que lo tengo claro! Muchas gracias
ResponderEliminarMe alegra mucho haber podido ayudarte. Espero que tengas la mayor de las suertes, y que todo lo referente a la cirugía salga como debe, es decir, "muy bien". Un saludo.
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